La parashá es una lectura semanal de la Torá
El Todopoderoso dijo a Moshé que ordenara al Pueblo de Israel traer aceite de oliva puro para encender las luces del candelabro (menorá), que debía estar encendida continuamente en el Santuario.
Aharón y sus hijos Nadav, Avihú y Eleazar, nombrados por el Eterno como sacerdotes (Cohanim), tenían a su cargo, entre otras tareas, el mantener encendida la menorá.
Sus vestimentas eran especiales según las indicaciones de Hashem. Estas debían ser confeccionadas por especialistas. Las vestiduras de Aharón el Cohén Gadol (Sumo Sacerdote), se distinguía sobre las de los demás, como ser que el efod que debía ser de oro, celeste, púrpura y carmesí, y de lino. Sobre dos piedras de ónix, que se colocaban sobre las hombreras, debían grabarse los nombre de las doce tribus.
El pectoral tenía doce piedras, entre ellas rubí, topacio, ágata, zafiro, diamante, y que cada una llevaría grabado el nombre de una tribu. Se debían colocar en cuatro hileras de tres piedras cada una.
Aharón y sus hijos Nadav, Avihú y Eleazar, nombrados por el Eterno como sacerdotes (Cohanim), tenían a su cargo, entre otras tareas, el mantener encendida la menorá.
Sus vestimentas eran especiales según las indicaciones de Hashem. Estas debían ser confeccionadas por especialistas. Las vestiduras de Aharón el Cohén Gadol (Sumo Sacerdote), se distinguía sobre las de los demás, como ser que el efod que debía ser de oro, celeste, púrpura y carmesí, y de lino. Sobre dos piedras de ónix, que se colocaban sobre las hombreras, debían grabarse los nombre de las doce tribus.
El pectoral tenía doce piedras, entre ellas rubí, topacio, ágata, zafiro, diamante, y que cada una llevaría grabado el nombre de una tribu. Se debían colocar en cuatro hileras de tres piedras cada una.
Aharón fue vestido como indicó el Eterno y presentado por Moshé y ungido con aceite, y luego el resto de los Cohanim.
Por otra parte, el Todopoderoso señaló sacrificios que debían ser llevados al Santuario, y que los Cohanim recibirían en sus manos, para luego tomar las partes del animal sacrificado, como su carne, su sangre, su sebo, y realizar distintas ceremonias con ellas. Todos estos rituales se repetían diariamente, los siete días de la semana.
Por otra parte, el Todopoderoso señaló sacrificios que debían ser llevados al Santuario, y que los Cohanim recibirían en sus manos, para luego tomar las partes del animal sacrificado, como su carne, su sangre, su sebo, y realizar distintas ceremonias con ellas. Todos estos rituales se repetían diariamente, los siete días de la semana.
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